martes, 25 de marzo de 2014

Las bienaventuranzas

Meditaciones

En este artículo y durante los siguientes artículos de esta sección, compartiremos meditaciones bíblicas de Mateo capítulos 5, 6 y 7. ¿Qué encontramos ahí? ¡Claro! El sermón del monte, las preciosas palabras de paz, de enseñanza, de amor que Jesús expresó a una multitud. 

¿Qué pasó antes del sermón del monte? Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, pasó después la tentación en el desierto, y luego llegó a la región de Galilea, una región marítima, y ahí Jesús estuvo predicando, enseñando, sanando. Les predicaba: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca" (Mateo 4:17). Y dice la Escritura que "el pueblo que estaba en tinieblas vio gran luz" (Mateo 4:16). 

"Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia de la gente. Su fama se extendió  por toda Siria. Y le traían todos los que se sentían mal, los afligidos de diversas enfermedades y tormentos: endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y los sanó" (Mateo 4:23,24). También "lo siguió gente de Galilea, Decápolis, Jerusalén y del otro lado del Jordán. Jesús Vio a toda esa multitud, y subió al monte. Ahí se sentó... y empezó a  enseñarles" (Mateo 4:25-5:2). ¿Cuáles fueron las primeras palabras de Jesús para toda esta multitud que le seguía deseosa de escucharlo? Sus primeras palabras fueron las famosas bienaventuranzas. ¿Las has escuchado? Puedes leerlas en Mateo 5:3-11, y te daré una explicación de cada una de ellas.

Jesús predicando a la multitud.

Bienaventurado quiere decir "feliz", "alegre". 

"Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mateo 5:3). ¿Qué es ser pobre de espíritu? Es saber que tú no puedes enriquecer por ti mismo tu vida espiritual. Es reconocer que necesitas de Dios. Es depender de Dios espiritualmente.

"Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados" (Mateo 5:4). Vivimos en un mundo de pecado, y el pecado trae consigo tristeza, problemas, dolor. Si tú lloras, ten la certeza de que Dios estará contigo para consolarte. Así que son bienaventurados los que lloran, porque es Dios mismo quien ha de consolarlos.

"Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra" (Mateo 5:5). Dios no desea que seamos llenos de un espíritu de soberbia, de imprudencia, de arranques. Dios nos pide que seamos mansos y, si somos así, la promesa es que heredaremos la tierra.

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados" (Mateo 5:6). Es verdad que vivimos en un mundo lleno de injusticias, y esas injusticias hacen que mucha gente se levante, y que halla problemas sociales, problemas familiares y distintas cosas desagradables. Si tú eres una persona que siente la necesidad de justicia, te dice Dios que serás saciado. Pero quiero ir más allá y decirte algo: Jehová es nuestra justicia, y si tenemos hambre y sed de él, si tenemos hambre y sed de Dios, hemos de ser saciados.

"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mateo 5:7). ¿Alguien te hizo daño? Perdónalo. Porque así como Dios tiene misericordia de ti, desea que tú tengas misericordia de los demás. ¿Recuerdas que al principio te leí que Jesús sanaba a los dolidos, que Jesús los enseñaba, los guiaba? Dios desea que tú seas de igual forma con las demás personas. Recuerda: "Misericordia quiero, y no sacrificio" (Oseas 6:6). ¿Qué pide Dios de ti? Que hagas misericordia.

"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5:8). Eres dichoso si no permites que tu corazón se ensucie con orgullo, con mentiras, con vanidad, con cualquier práctica pecaminosa, porque dice la Escritura que verás a Dios.

"Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mateo 5:9). Deja de lado los gritos, las maldiciones, las contiendas, ira... "Busca la paz y síguela" (Salmos 34:14), porque entonces serás llamado hijo de Dios.

"Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mateo 5:10). A través de los tiempos muchas personas fueron perseguidas por causa de la justicia. Encontramos a los profetas, a los apóstoles, a los cristianos... Pero, ¿sabes algo? De ellos es el reino de los cielos. 

"Bienaventurados sois cuando os insulten y persigan, y digan de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo" (Mateo 5:11). Si por el hecho de amar a Dios algún día eres perseguido o te insultan, siéntete feliz porque así lo dice la Escritura. "Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en el cielo" (Mateo 5:12).

¿Te acuerdas que al principio del artículo te dije que Jesús le predicaba a los de la región de Galilea: "Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca" (Mateo 4:17)? Te invito a vivir una vida de arrepentimiento, una vida cerca de Dios, te invito a ser pobre de espíritu, te invito a ser pacificador, te invito a soportar los insultos por causa de la justicia, a buscar la justicia misma, te invito a buscar a Dios porque en él hay vida eterna y hay abundancia de paz para ti y tu familia.

¿Te gustaron las bienaventuranzas? Tengo una tarea para ti. Escríbelas con letra bonita o imprímelas, y adórnalas con un marquito lindo, una mariposa... con lo que tú quieras. Utiliza tus dotes artísticas y elige un lindo lugar donde colgarla para que puedas estar viendo y recodando esas hermosas promesas de Dios para ti. 

¡Que Dios te bendiga!


Para responder en los comentarios 


¿Cuál de las bienaventuranzas conforta más tu vida espiritual?

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