domingo, 9 de marzo de 2014

Lucifer, el ángel rebelde

Personajes

Bienvenido al primer artículo de la sección "Personajes". En  la sección "Historias Bíblicas", en el artículo pasado se estudió la rebelión de Lucifer. En este artículo a veremos a Lucifer como un personaje: los propósitos que tuvo y las estrategias que utilizó para su rebelión. Para explicar esto usaremos la imaginación e ilustraremos cuáles pudieron haber sido las palabras que Lucifer utilizó para defender sus ideas y engañar a algunos ángeles. La base bíblica se encuentra en el artículo que acabo de mencionar: "La Rebelión de Lucifer".

Lucifer desea exaltarse


Antes de esta rebelión el Reino de los Cielos todo era armonía, paz y tranquilidad, hasta que Lucifer quiso sentirse tan exaltado como el mismo Cristo, sintió envidia y quiso intervenir en la decisiones del gobierno de Dios. Por primera vez en la historia, la armonía del Reino de los Cielos había dejado de ser perfecta. Algunos ángeles se preocuparon cuando vieron que Lucifer quiso servirse a sí mismo en vez de servir a su rey. Se reunieron con él y le rogaron encarecidamente que abandonara su propósito, pero Lucifer permitió que la envidia lo venciera hasta llegar al punto de iniciar una rebelión abierta contra la superioridad de Cristo, y por consiguiente poner en duda la sabiduría y el amor del Padre.

Lucifer albergando el deseo de exaltarse

Él razonaba de esta manera: "Siendo que tengo tanto esplendor y un puesto tan elevado ¿Por qué no puedo ser igual a Dios? Los ángeles me aman y me respetan, y ellos se deleitan en cumplir mis órdenes; además yo tengo más sabiduría que cualquiera de ellos. ¿Por qué Cristo debe tener la superioridad? ¿Por qué se le honra a él más que a mí?" El problema de Lucifer era que no reconocía que estos atributos de los cuales se jactaba eran un regalo de Dios y no sentía gratitud por ellos.

Difunde su rebelión


Entonces abandonó su puesto de querubín protector y salió  a difundir su rebelión entre los ángeles. Aunque su verdadero problema era la autoridad de Cristo, empezó a difundir dudas acerca de la ley de Dios: "Los ángeles somos seres tan elevados que no necesitamos de tantas prohibiciones como las que hay en la ley de Dios. Nuestros pensamientos son santos y para nosotros equivocarnos es tan imposible como para Dios mismo." Cuando lograba engañar a un ángel, hablaba más directamente contra la autoridad de Cristo: "Sin darse cuenta, Dios ha sido injusto conmigo al exaltar tanto a Cristo. Considero que yo también merezco reverencia y honra; pues mientras tengamos un gobernante absoluto nuestra libertad está en riesgo. Si Dios me concediera la posición que merezco, yo aseguraría la libertad de todos los ángeles." Lucifer hizo circular todos estos engaños alrededor de todo el reino.

Aprovechándose de la confianza que le tenían estos ángeles, Lucifer los inducía a expresar sus inconformidades contra el gobierno de Dios. Y entonces decía: "¿Ya ven cómo hay tantos ángeles que no están contentos? Mi lealtad a Dios no ha cambiado, solo que ya hacen falta algunos cambios necesarios a la ley de Dios para que se mantenga la estabilidad de su gobierno."

Desprecia la oportunidad de arrepentirse


Aunque todavía no era una rebelión abierta, el desacuerdo aumentaba poco a poco entre los ángeles. Muchos estaban inconformes y defendían que Lucifer debía tener la misma autoridad de Cristo. De acuerdo con su gran amor, Dios soportó a Lucifer durante algún tiempo. Solamente un ser tan sabio e infinito hubiera hecho tantas cosas por convencer a Lucifer de su error. Finalmente se le demostró a Lucifer que su rebelión no tenía razón de ser y le quedaron claros los resultados de seguir así. Vio que Dios es justo y misericordioso en lo que hace y dice, y ahora él debía reconocer ante todos los ángeles el error que había cometido. Si lo hubiera hecho, se habría salvado y a todos los demás ángeles consigo. Aunque había abandonado su puesto de querubín protector, si hubiera querido volver a Dios, él se lo habría permitido.

Ahora Lucifer no tenía más que dos opciones: la primera es someterse completamente al gobierno de Dios y la segunda era declararse en rebelión abierta. Estuvo a punto de arrepentirse de todo lo que había hecho, pero el orgullo no se lo permitió. De una y mil maneras Dios intentó rescatarlo a él y a sus seguidores de la ruina que vendría sobre ellos, pero Lucifer decía: "¿Ya  ven cómo Dios le están dando largas al asunto? Es señal de que tenemos razón. Les aseguro que si ustedes se mantienen de mi parte, pronto conseguiremos lo que pedimos. Ya verán cómo tarde o temprano el rey del universo nos concederá lo que pedimos." En vez de arrepentirse, defendió de lleno su postura y decidió entrar al conflicto contra su rey. Esta es la historia de cómo Lucifer, el principal de los querubines protectores, se convirtió en Satanás, el enemigo de Dios y de los santos ángeles.

Cuando los ángeles fieles hablaron con Lucifer, él los despreció y dijo ante todos: "La preferencia otorgada a Cristo me parece una injusticia, tanto para mí, como para los demás ángeles. A partir de hoy, ya no me someteré más a esa violación de nuestros derechos. Nunca más reconoceré la superioridad de Cristo. Seguiré luchando por el honor que se me ha negado. Y si ustedes vienen conmigo, les prometo que juntos fundaremos un mejor gobierno donde gozaremos de verdadera libertad." Muchos ángeles decidieron seguirlo aquel día.


Los ángeles fieles dijeron a los seguidores de Satanás: "Amigos míos, ningún ángel puede oponerse exitosamente a la ley de Dios. Presten oídos sordos a Lucifer. Vayan a la presencia de Dios, confiesen su error de haber dudado de la sabiduría y de la autoridad de Dios." Muchos de ellos estuvieron dispuestos a escucharlos, pero Satanás les dijo: "Todos nosotros hemos ido demasiado lejos para retroceder. Conozco la ley y es demasiado estricta, Dios no perdonará a nadie. No se dejen engañar, nuestra única salida es declarar nuestra libertad y obtener por la fuerza los derechos que se nos han negado." Al poco tiempo, Satanás fue expulsado del Reino de los Cielos y se llevó consigo a la tercera parte de los ángeles.

Dios actúa sabiamente


Ya que Lucifer es el personaje principal de este artículo, hemos estudiado las acciones que él realizó para defender su rebelión. Pero también cabe destacar las acciones que Dios realizó para hacer frente a la rebelión.

La pregunta es: Si Dios es Todopoderoso, ¿por qué no destruyó o echó del cielo a Satanás antes de que tantos ángeles fueran engañados y se unieran a su rebelión? La respuesta es: Porque todo lo que decía Lucifer estaba lleno de misterio, y era muy difícil explicarles a los ángeles la verdadera naturaleza de su obra. Si a su poder para engañar le añadimos su elevada posición como querubín protector, el amor que le tenían los demás ángeles y la relación estrecha con el gobierno del cielo, tenemos como resultado una influencia enorme. 


Además, él se la pasaba tergiversando el propósito del gobierno de Dios. Decía: "Cuando Dios nos exige que seamos obedientes y sumisos, lo único que quiere es exaltarse. Si no me creen, miren a su alrededor, les aseguro que hay muchos ángeles inconformes. Pero esto es debido a pequeñas fallas en el gobierno de Dios. Lo único que yo quiero es mejorar los mandamientos." ¿Acaso estas palabras no son suficientes para convencer a más de uno? La verdad es que Dios es justo y su ley es perfecta, pero ¿cómo podía él convencer de esto a los habitantes del cielo?

Pero 
Lucifer no contaba con que la sabiduría de Dios es infinita. Lo que Dios hizo fue permitir que Lucifer continuara con su obra hasta que lo que parecía un simple desacuerdo se convirtiera en una rebelión abierta. Si no lo hacía de esta manera, ni siquiera los ángeles fieles hubieran alcanzado a comprender la dirección que llevaba este movimiento. Pero como Dios permitió que los planes de Lucifer se desarrollaran plenamente, todos pudieron ver el resultado de los cambios que él proponía hacer en la Ley de Dios.

Sin embargo ni aun los habitantes del cielo estaban preparados para comprender la naturaleza y las consecuencias del pecado. Por eso, aunque Satanás fue arrojado del cielo, Dios no lo destruyó; porque de haberlo hecho su justicia hubiera sido malinterpretada y algunos hubieran empezado a servir más por temor que por amor. Por eso Dios permitió que Satanás y sus ángeles siguieran viviendo y que fundaran el Reino de las Tinieblas. Los efectos del gobierno de Satanás demostrarían el resultado de despreciar la ley de Dios, y ellos mismos demostrarían que la felicidad de todos los seres creados depende únicamente de la existencia del gobierno de Dios.

Para responder en los comentarios


¿Cuál de los engaños de Lucifer, que se exponen en este artículo, consideras que es más peligroso para los cristianos de este tiempo? Es muy importante analizarlo, ya que sus engaños siguen vigentes en la actualidad.

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